Homeostasis y Alostasis
El maravilloso concepto de homeostasis apareció por primera vez en los 1860s, cuando el fisiólogo Claude Bernard (1813-1878) describió la capacidad que tiene el cuerpo para mantener y regular sus condiciones internas.
Esta función es clave para asegurar el funcionamiento adecuado del cuerpo, ya que si las condiciones internas están reguladas pobremente, la salud no será posible.
"Homeostasis" (homeo-constante + stasis, mantener) se utiliza para describir los mecanismos que mantienen constantes las condiciones del medio interno de un organismo, a pesar de grandes oscilaciones en el medio externo.
Funciones como la presión sanguínea, temperatura corporal y niveles de glucosa sanguínea, entre otras, son mantenidas en un intervalo limitado, a pesar de que las condiciones externas pueden estar cambiando.
Algunos años más tarde, el eminente neurocientífico Peter Sterling propuso la teoría de que las respuestas saludables no son solamente el resultado de mantener un medio constante, sino que son el resultado de permitir que nuestro sistema cambie y adapte sus funciones de formas apropiadas.
Esto es, por ejemplo, después de comer un rico postre, nuestra salud depende de la capacidad del cuerpo para cambiar la producción de insulina y metabolizar la carga de azúcar que acabamos de introducir a nuestro sistema.
Esto evidencia que las respuestas saludables no consisten en mantener una constancia del medio interno, sino en ser capaces de cambiarlo para responder a los requerimientos del medio ambiente..
Por esto es que Sterling sugirió reemplazar el término “homeostasis” por el de “alostasis”, definido este como “el mantenimiento de la estabilidad por medio del cambio”
La alostasis enfatiza que el entorno interno varía para satisfacer la demanda percibida y anticipada.
Esto lo llevó a Bruce McEwen a definir la alostasis de una forma más amplia que la idea de cambios en el nivel de referencia; si no como el proceso que en forma activa mantiene la homeostasis.
Propuso que el término alostasis es más acertado para describir los mecanismos fisiológicos que resuelven problemas, reservando el término homeostasis para mecanismos que son necesarios para la supervivencia.
Estos mecanismos fisiológicos son los procesos claves para la resiliencia de nuestro organismo. Por eso la vital importancia de mantener estas funciones en correcto desempeño y actividad. Los adaptógenos, como su nombre lo indica, son grandes potenciadores de estas maravillosas funciones.