Bruxismo y tensiones - abordajes integrales
Las tensiones pueden manifestarse de diversas formas y tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar.
Son un fenómeno multifacético que involucra una compleja interacción entre el sistema nervioso, el sistema gastrointestinal, el cerebro, la alimentación, el trauma emocional y la respuesta al estrés.
SISTEMA GASTROINTESTINAL
El estrés crónico afecta la función digestiva y la microbiota intestinal, lo que a su vez influye en la respuesta inflamatoria del cuerpo y cintribuye a la tensión muscular y vice versa.
Una dieta rica en alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas promueve la inflamación en el cuerpo, lo que exacerba las tensiones musculares y el malestar físico. Por otro lado, una alimentación equilibrada, rica en antioxidantes, ácidos grasos, omega-3 y otros nutrientes esenciales, ayuda a reducir la inflamación y promover la relajación muscular.
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
Regula las funciones involuntarias del cuerpo, como la respuesta al estrés (sea físico, mental o emocional). Si esta se ve activada de forma crónica puede desencadenar en una sobreactivación, lo que conduce a la liberación excesiva de hormonas del estrés (como el cortisol) que pueden provocar una contracción muscular sostenida y contribuir al desarrollo y la permanencia de numerosas tensiones musculares involuntarias y extentidas a lo largo del día y la noche, generando incluso bruxismo.
CEREBRO
Durante la noche, en un descanso profundo, un cerebro saludable emite frecuencias como una sinfonía que genera los ciclos de sueño, los cuales nos permiten regenerarnos, limpiarnos, descargar emociones, etc.
Si nuestro cerebro se encuentra inflamado y lleno de toxinas, esa relajación se verá interrumpida y va a caer con mucha presión sobre la inervación facial y mandibular, lo que se traduce como tensión y bruxismo involuntario.
TRAUMA
El trauma emocional deja una huella profunda en el cuerpo, causando tensiones crónicas y desequilibrios en el sistema nervioso. El cuerpo puede almacenar el trauma en forma de tensiones musculares crónicas, que pueden manifestarse como dolor, rigidez y otros síntomas físicos. Abordar el trauma de manera terapéutica y respetada es fundamental para liberar estas tensiones y promover la curación integral del cuerpo, la mente y las emociones.
Para apoyar la recuperación de la relajación y reducir las tensiones corporales, es importante comprometerse con el propio bienestar adoptando un enfoque holístico que combine:
- Prácticas diarias de relajación (como la meditación o el yoga).
- Actividad física placentera y regular.
- Herramientas de gestión del estrés.
- Adoptar límites y vínculos sanos.
- Tener un espacio terapéutico semanal.
- Priorizar el contacto con la naturaleza.
- Terapias complementarias como masajes, acupuntura, terapia física, etc.
- Regular hormonas.
- Adoptar una alimentación antiinflamatoria.
- Limpiar metales pesados.
- Apoyarte con suplementos.
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